El sueño es fundamental para el desarrollo sano de lo/as niño/as. Desde el nacimiento hasta aproximadamente los 6 meses, el ritmo de sueño de los bebés es caótico, duermen y despiertan varias veces tanto en el día como en la noche, y no están preparados biológica ni psicológicamente para tener sueños largos y condensados. En esta etapa es fundamental el rol de los adultos para transmitir a lo/as niño/as seguridad y tranquilidad al momento de dormir.
MITO: Si un bebé se despierta y llora hay que dejarlo llorar. Al dejar llorar a un niño/a, lo único que hacemos es desconocer su necesidad de contención y asustarlo/a, lo cual lejos de ayudarlo a tranquilizarse y retomar el sueño interfiere más aún su descanso. Mientras más rápido el niño/a es consolado/a más rápido se sentirá seguro y retomará su sueño
Todos los niños/as son distintos y las necesidades de sueño varían, sin embargo, en términos generales, se puede decir que recién entre los 3 y 5 años es menos frecuente que los niños/as despierten en las noches, a no ser que estén enfermos o pasen por un momento emocionalmente difícil.
¿Cómo contribuir al desarrollo de hábitos saludables de sueño?
Es importante que tempranamente los padres colaboren con el desarrollo de una adecuada higiene de sueño de niños y niñas, de manera que:
Exista una rutina para dormir: horario para irse a la cama, bañarse, escuchar música suave, leer un cuento, etc.
No miren pantallas (TV, PC, celulares, etc.) antes de dormir.
Eviten la actividad física justo antes de ir a la cama
Principales dificultades de sueño en niños y niñas
Estas dificultades pueden relacionarse con hábitos irregulares de sueño. Sin embargo, las dificultades persistentes al dormir pueden relacionarse con dificultades emocionales u otros trastornos, lo cual debe ser evaluado por un especialista.
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