¿Dulce o travesura en Halloween?

¿Dulce o travesura en Halloween?

Cada 31 de octubre las calles se llenan de disfraces, risas y dulces: ¡es la tan esperada noche de Halloween para las niñas y niños! Aunque esta tradición tiene sus orígenes en antiguos rituales celtas y celebraciones anglosajonas, hoy se ha convertido en una fiesta que en Chile se vive con gran entusiasmo. En esta fecha, recorren las casas con la pregunta “¿Dulce o travesura?, como una forma de pedir golosinas y compartir un momento lleno de alegría.

Más allá de sus raíces históricas, Halloween se convierte en una oportunidad para que las niñas y niños jueguen, se expresen creativamente y se encuentren con otras y otros. Desde un enfoque de derechos de la niñez, esta celebración nos recuerda que la protección, voz y bienestar de las niñas y niños deben estar siempre al centro de cualquier experiencia. En este sentido, es importante que las personas adultas les expliquemos el significado de esta festividad, promoviendo así su derecho a la información.

También es clave generar condiciones que les permitan ejercer su derecho a participar. Si desean unirse a la celebración, debemos acompañarles teniendo en cuenta sus intereses y particularidades, para garantizar que disfruten de manera segura y alegre. Si no quieren participar, hay que respetar su decisión, sin caer en obligar a que formen parte.

Esta fecha, además, nos recuerda otros derechos fundamentales: por ejemplo, al juego y la recreación. Estos se hacen visibles cuando niñas y niños se disfrazan, imaginan e interpretan personajes. El juego es, al mismo tiempo, un lenguaje, una necesidad y un derecho esencial para su desarrollo integral, y como adultas/os tenemos la responsabilidad de garantizar que este derecho se ejerza de forma segura, sin discriminación ni riesgos.

También está la integridad y protección frente a posibles peligros. Halloween, al celebrarse en espacios públicos y de noche, puede implicar ciertos riesgos para niñas y niños. Es vital que las y los adultos les acompañemos, organicemos rutas seguras, nos coordinemos entre vecinas/os y les enseñemos algunas medidas básicas de autocuidado. Así, les garantizamos que puedan disfrutar sin miedos ni preocupaciones, usando el espacio público que muchas veces parece ser territorio solo de las y los adultos.

Halloween nos brinda la oportunidad de hablar con las niñas y niños sobre su derecho a la identidad y la diversidad. Cada niña y niño tiene el derecho de decidir si quiere disfrazarse o no. Ellas y ellos deben poder elegir cómo desean expresarse, sin ser blanco de burlas ni de estereotipos que refuercen prejuicios. Las adultas/os debemos respetar sus decisiones, pues así ayudamos a que crezcan en un entorno respetuoso, amoroso, inclusivo y libre de discriminación, donde puedan sentirse libres de ser quienes realmente son.

Sin embargo, debemos recordar que algunos disfraces o decorados de Halloween pueden ser impactantes o incluso aterradores para ciertas niñas y niños –en especial las y los más pequeños–, ya que aún no logran distinguir claramente entre la fantasía y la realidad, lo que podría generar miedo o angustia. Estas reacciones son completamente esperables y forman parte de su desarrollo, por lo que no debemos minimizarlas ni ridiculizarlas. Las y los adultos estamos llamados a acompañarles, validar y respetar sus emociones, ofreciendo, de ser necesario, opciones más amigables y seguras que les permitan disfrutar esta celebración.

Por otro lado, el derecho a la salud también es fundamental. Si bien los dulces son parte de esta tradición, es importante disfrutarlos de manera moderada y equilibrada, promoviendo alternativas de alimentación saludable.

Halloween puede ser una fiesta que va mucho más allá de disfraces y dulces. Con enfoque de derechos de niñas y niños, puede ser una oportunidad para reconocerles como sujetos de derechos y ciudadanos activos con intereses y deseos propios.

Ya sea “dulce o travesura”, lo más importante es que niñas y niños celebren Halloween con alegría, seguridad y un profundo respeto por sus derechos.

Si tienes dudas respecto a este tema o a algún otro relacionado con la crianza o el bienestar de niñas y niños, las familias pueden contactarse con Fonoinfancia, de lunes a viernes de 8:30 a 19:00 horas, llamando gratuitamente al 800 200 818 o a través del chat disponible en www.fonoinfancia.cl. Un equipo de psicólogas y psicólogos expertos en crianza, niñez y familia están disponibles para acompañarles.

Carolina Diez Pastene, psicóloga supervisora del Programa Fonoinfancia,

Fundación Integra.