No quiere ir al Jardín

No quiere ir al Jardín

El ingreso al Jardín Infantil en los niños o niñas es un proceso que suele traer dificultades. Hay ocasiones que el ingreso no resulta del todo fácil, siendo posible observar cierta negatividad,  desmotivación,  o resistencia a asistir. Esto es muy esperable, y para los niños y niñas es muy difícil controlar estas emociones. Por esto es  importante que los adultos nos transformemos en fuentes de apoyo y contención en estas situaciones. Los adultos podemos ayudarlos a descifrar qué los está afectando, y buscar formas para entregarles alivio y seguridad mediante una compañía amorosa que les ayude a facilitar este proceso.

En este proceso es fundamental el rol de los padres o cuidadores de los niños y niñas, por ejemplo  antes del ingreso al jardín infantil preparándolos, anticipándoles lo que ocurrirá, mostrándoles antes el lugar al cual asistirán, generando diálogos donde se les entregue tranquilidad  y apoyo  respecto esta nueva experiencia, y preparándolos para la separación.

Cuando no han existido experiencias previas de ir al Jardín es muy esperable que aparezcan dificultades, ya que el niño o niña todavía no se adecua al nuevo contexto, y atraviesa un proceso de adaptación al nuevo espacio, a sus compañeros, educadoras, entre otros. Este es un desafío que requerirá tiempo, para que de modo gradual  el niño o niña obtenga  seguridad y confianza, y logre familiarizarse con el entorno y las personas, de forma que pueda desplegar sus capacidades y habilidades.

Por otra parte, puede suceder que estos episodios de resistencia al jardín infantil se den de forma aislada, es decir que un niño o niña que ya había pasado por el periodo de adaptación comience de forma abrupta a presentar resistencia respecto asistir.

Si no se trata de factores asociados a los primeros síntomas de alguna enfermedad que esté produciendo malestar físico, entonces podríamos preguntarnos: ¿ha existido algún cambio en el recinto educativo? Por ejemplo: cambio de educadores en la sala de clases, la partida de algún amiguito/a, dificultades en las interacciones con los pares, alguna rutina o actividad que genere angustia u ansiedad, entre otros. Por otra parte considerar si existen  factores dentro del contexto familiar, que puedan estar interfiriendo, por ejemplo: cambios de casa, dificultades entre familiares, pérdidas, etc. que generen estrés y ansiedad en el niño o niña e interfieran la posibilidad de que sienta motivación por separarse de su contexto familiar.

Son múltiples  los motivos que pueden generar estas dificultades por lo que poder conversar con los niños o niñas para descubrir lo que sucede, o ayudarlos poniendo uno en palabras lo que ellos están experimentando, facilitando así la expresión de sus percepciones y sentimientos, es un paso para ayudarlos y aliviarlos.

Los escenarios son múltiples, pueden o no aparecer algunos de estos elementos, o pudieran existir otros que no fueron mencionados. Por esta razón es que te invitamos a llamarnos al servicio del FONOINFANCIA, para profundizar en este tema u otros.