Preguntaba el Zorro al Principito ¿Qué es un rito? Y el Zorro respondía: “Es algo muy olvidado, es lo que hace unos días diferentes de los otros días, una hora diferente de las otras horas”.
¡Un, dos, tres por mí y por todos mis compañeros! Que es lo que más recuerdas de tu infancia?, ¿A qué juegos jugabas con tus amigos/as?, ¿Qué ritos tenías o te gustaba hacer con tus padres? Por mi parte recuerdo muchos cantos y bailes, intentar atrapar ranas y caer en el intento volviendo a casa muy sucia y feliz. Recuerdo correr en búsqueda de volantines y frustrarme los primeros años por no poder hacer que volaran. Me reconozco también en el caballito de bronce con mis primos, las limonadas de agua y barro; me veo a mi misma viendo monitos en la t.v “echada” sobre el sillón pequeño; la casa con sábanas que hacía en mi pieza, los juegos de mímicas en el barrio, los nados con mi vecina en la piscina inflable, las interminables y apasionantes peleas con mi hermano; un par de regalos inolvidables, además de los besos de mi madre y aprietes de sábana en la cama, antes de dormir, de mi padre.
¿Recordaron algo de su vida? ¿Por qué y para qué hablar de juegos y ritos? Estos a lo largo de nuestra historia han sido utilizados para contar relatos y a través de estos, transmitir mensajes y valorar aspectos que forman nuestra identidad y los cuales muchas veces por su importancia, definen un antes y un después en nuestras vidas. Con el paso del tiempo hemos dado lugar a nuevos y adaptados juegos y ritos en los cuales aparecen diferentes conductas que son aceptadas e incorporadas por nuestra sociedad. Así los niños/as, en conexión con su entorno, se van desarrollando, apropiándose de formas de jugar y celebrar con roles individuales y sociales.
Por ejemplo, los niños/as se preparan y cuentan como juegan y celebran en distintos momentos: las bienvenidas/baby showers, en donde se entregan palabras emotivas a los nuevos padres, se realizan juegos asociados a la fecundidad y los niños/as suelen preguntar por la llegada de los niños/as al mundo, y por consecuencia solicitar hermanitos/as. El nacimiento de los niños/as en donde cada pareja decide como recibir y criar a sus pequeños/as, acordando en qué medida permitir la presencia de los otros familiares; y si hay otros/as hijos/as, saber cómo informar y hacer partícipe al niño/a en esta nueva llegada. Los niños/as replican con sus hermanos, lo que sus padres hicieron con ellos: alimentar, retar, estimular, abrigar, bañar, jugar, etc.
En los cumpleaños los niños/as cuentan cómo se celebra en su familia; los juegos que realizan, que se come, los cantos de celebración, si se muerde o no la torta, romper la piñata, abrir regalos, etc. También se realizan bautizos con ritos asociados según creencias familiares al igual que los nunca esperados funerales y respectivos duelos; en los cuales también cada familia tiene sus formas de conmemorar y recordar a la persona fallecida. También como juegos y ritos inolvidables para los niños/as están los cuentos antes de dormir y la dinámica asociada a estos; en donde sentados o acostados al lado de mamá y/o papá se dan conversaciones ligadas o no al mismo cuento, y en las cuales aparecen preguntas existenciales que generan la riqueza de la relación con las figuras significativas. Los domingos en los cuales los niños/as son visitas o llegan a casa de los abuelos/as, lugares en los que se mueven de manera diferente que en las propias casas.
Además en fechas significativas como las Fiestas Patrias, los niños/as conocen más de las costumbres y tradiciones de su país, contando con entusiasmo “ese día se celebra el patriotismo… en mi país se usa…” pudiendo jugar a diversos juegos tradicionales, cantando la canción nacional, usando vestimentas típicas y concentrando y probando las comidas típicas y ancestrales. Así juegos y ritos marcan momentos importantes de la vida de todo niño/a movilizándose en el plano de lo simbólico y mágico. Los ritos son necesarios, porque expresan experiencias básicas, que dan seguridad, unen el pasado, presente, y futuro; como expresión de cosmovisiones (valores y actitudes). Dan espacio a la expresión y procesamiento de sentimientos (felices/tristes) y al desarrollo de relaciones interpersonales pues mantienen los vínculos y ayudan a practicar la empatía, dándonos sentido de pertenencia al reunirnos en torno a algo que es común y valioso, haciendo comunidad y acompañándonos.
Ya “más grandes”, seguimos practicando e innovando en juegos y ritos como: las celebraciones para las “transiciones” entre la juventud y la edad adulta, que eran más comunes de ver antiguamente, lo que podría ser en la actualidad el festejo de los 15 o 21 años. Ceremonias simbólicas de paso entre la soltería y el matrimonio (concubinato), transiciones entre viajar y retornar, entre pertenecer y no pertenecer a un grupo en particular, y en el mundo laboral; también se dan ritos y celebraciones de bienvenidas, “pagadas de piso”, y, despedidas. Entonces, siguiendo la cita de El Principito ¿Cómo hacemos para que un día sea diferente de otro?