Los niños en las catástrofes

Los niños en las catástrofes

¿Qué son las crisis?

Son momentos de desorganización producto de cambios individuales, familiares o ambientales que implican la necesidad de reorganizar nuestro funcionamiento.

Algunos de estos cambios se puedan predecir y se denominan crisis esperadas, las cuales  se relacionan con que las personas vamos pasando distintos momentos en nuestras vidas  que requieren de nuevos roles y funciones para responder a las necesidades de desarrollo, por ejemplo: el nacimiento de un hijo(a), la adolescencia, el nido vacío, entre otros.

También existen las crisis inesperadas, que son aquellas situaciones accidentales que irrumpen el curso habitual de nuestras vidas, por ejemplo: crisis económicas, cesantías, cambios de ciudad, separación de los padres, desastres naturales, etc. Estas situaciones, al no ser previsibles, tienen un impacto mayor en las personas y requieren también de una reorganización y por lo tanto una adaptación en distintas esferas, de acuerdo a las características de la situación crítica.

Pasar por una crisis sea esperada o inesperada, implica un impacto para los miembros de la familia, y la forma en que resolvamos esa crisis puede conllevar un crecimiento o un debilitamiento familiar, dependiendo de las capacidades, recursos, experiencias de la familia y de la gravedad de la situación crítica.

Los niños en la crisis…

Culturalmente es común escuchar frases que apuntan a que las crisis familiares pasan inadvertidas para los niños, como por ejemplo:

“es muy chico no se da cuenta”

“para qué le voy a explicar si no entiende”

“los niños no tienen problemas ni preocupaciones”

“no creo que le afecte porque se ve igual que antes”

Estas frases en realidad son mitos en torno a los niños y  muestran un gran desconocimiento de su desarrollo emocional. En realidad, los niños son impactados como todos los miembros de la familia por los cambios y crisis, y ellos se verán más o menos impactados dependiendo de las características de la crisis y de cómo los adultos en la familia puedan contener y abordar estas situaciones con ellos.

Si el niño después de una situación crítica presenta cambios que se mantienen durante un largo período de tiempo, o  se agudizan en su estado de ánimo, sueño, alimentación, control de esfínteres, lenguaje, y/o en las relaciones sociales, es importante consultar con un especialista.

¿Qué necesitan los niños y niñas durante las crisis?

Si bien todas las situaciones, las familias y los niños son distintos, a continuación abordaremos algunas ideas generales que puedan ser de utilidad al abordar una crisis con un/a niño/a:

Tranquilidad: Cuando hay una crisis los adultos también se encuentran impactados, desde ahí es importante evaluar quién de los adultos significativos está en condiciones de apoyar al niño o niña con la tranquilidad suficiente, que lo pueda ayudar.

Estar tranquilo no significa no tener pena, rabia, miedo, todo lo contrario es importante poder hablar de eso con el niño, pero no estando desbordado por las emociones, ya que esto puede contribuir a que el niño intensifique su angustia y sienta que tiene que calmar y consolar al adulto, muchas veces reprimiendo sus propias emociones.

Información: Los niños necesitan información básica sobre lo que sucede a su alrededor que les permita entender lo que está pasando. Cuando no existe esta información los niños se tratan de explicar solos la situación, y sus explicaciones pueden ser erradas (por ej. culparse a sí mismos por lo que pasa) o peores que la realidad. Por otro lado, no saber genera incertidumbre y angustia, lo que intensifica el sufrimiento.

La información deber ser precisa, clara, real, y debe considerar el nivel de desarrollo del niño, por lo tanto sin detalles que puedan ser innecesarios para la comprensión que requiere. Informar además implica abrir el espacio para que el niño plantee sus dudas o si necesita saber algo más, mostrándose disponible a responder honestamente (“si tienes alguna duda cuando tu quieras puedes preguntarme, siempre te voy a responder, y si no sé lo que me preguntas te lo voy a decir”).

Es importante no esperar que los niños pregunten, ellos no preguntan si sienten que incomodan a los adultos o perciben que hay temas que no hay que tocar, por lo tanto los adultos tenemos que tematizar, abriendo el camino para el diálogo.

Ser escuchados y contenidos: Los niños requieren que exista un adulto que sea capaz de transmitir que entiende cómo se pueden sentir, y que les pueda ayudar a ponerle palabras a la experiencia (“¿a lo mejor te sientes triste… enojado… confundido… temeroso…?). Es importante nunca enjuiciar ni cuestionar los sentimientos del niño, por el contrario, es fundamental transmitir que es normal sentirse así frente a lo que pasa.

Seguridad: Sobre todo en los eventos inesperados, los niños sienten que su mundo dejó de ser predecible, que en cualquier momento puede pasar algo que cambia radicalmente su cotidianidad. Por lo tanto, el niño necesita recuperar gradualmente la sensación de seguridad y control, volviendo a confiar en el futuro, para lo cual es fundamental retomar rutinas que le permitan predecir y anticipar las cosas que van a ir pasando, clarificando quiénes son los adultos que estarán a su cuidado en los distintos momentos.

Flexibilidad: Las reglas y normas claras siempre son importantes, más aún en períodos de crisis. De esta manera, si bien las normas deben estar presentes, es importante considerar que una crisis particular permite remirar las normas en función de las necesidades emocionales del niño en ese momento. Hay normas que deben mantenerse, pero puede que otras deban temporalmente flexibilizarse. Por ejemplo, una regla puede ser dormir solo en su cama, pero si después de la catástrofe el niño plantea la necesidad de dormir acompañado, es necesario preguntarse sobre la pertinencia de esta norma en este momento.

Juego y expresión: Los niños y las niñas expresan sus emociones y lo que les está pasando, principalmente a través del juego. Esto ya que aún no han desarrollado las habilidades verbales para expresarse principalmente a través de la palabra, como lo hacemos los adultos. Por ello es muy importante que facilitemos juegos, lápices, y materiales con que puedan representar lo que están sintiendo y necesitan.

Sabemos que cada familia y niño/a son únicos/as, y por esto te invitamos a que llames gratuitamente al 800200818, o nos contactes a nuestro Chat (www.fonoinfancia.cl) y nos cuentes tu propia experiencia, pudiendo así ayudarte de forma más personalizada. En FonoInfancia trabajamos un equipo de psicólogos y psicólogas especialistas en temas de infancia que estaremos gustosos de escucharte y entregarte el apoyo que requieres.

Saludos!